Masoquismo Cultural

Ah, si la vida fuera como en las novelas...

Y no lo digo por querer jugar a ser "la buena" y terminar con un "príncipe azul". Tampoco es que quiera ver a "la mala" castigada al final... Mejor hay que castigarla desde el principio ¿no?

Para muchos, la vida novelesca puede sonar bastante interesante, como si la vida real no tuviera suficiente drama. Ahora que lo pienso, más bien nos enfocamos en las novelas televisadas, porque a pesar de drama, hasta cierto punto nos aseguran un final feliz. Aquél esperado "Y vivieron felices por siempre...." Son como cuentos de hadas cuidadosamente vendidos a un mercado diferente cada hora, en los cuales una llamada a la policía resuelve todos los problemas.

Eso es en lo que respecta a la gran mayoría de las novelas actuales. Sé que no todas son así. La verdad es que me encantan las novelas, pero como las televisadas son muy predecibles, prefiero las escritas. Siento que al menos ahí tengo el poder de escoger una novela que venga muy recomendada, y no tener que conformarme con el episodio de momento.

Al parecer, entre las pocas novelas que valía la pena ver, estaban Corazón Salvaje (al menos el segundo refrito noventero) y Cuna de Lobos. Me da mucha curiosidad ver estas novelas, favoritas del público, y ya parte de la cultura popular mexicana.

A mí, solo me tocó ver Amor Real. La verdad es que esa novela estaba bastante bien hecha. Adoro las historias de época y creo que la temática revolucionaria que se vió al final, le dió un giro muy interesante. Sí, lo acepto: me encantan los romances históricos. 

Si tan solo hubiera algo parecido en estos momentos...

Disfrutaría tanto ver alguna novela interesante, original y con algo de valor cultural, en vez de Teresa. Para aquellos afortunados que no tengan televisión abierta (como yo hasta agosto del año pasado) o no vean todos los status de Facebook referentes a la novela, Teresa es el hit más reciente de Televisa. Por suerte, el gran final ya viene este domingo (¿desde cuándo los finales son en domingo? creo que me perdí de muchas cosas estos últimos años).

Inevitablemente, llevo un par de meses enterándome de como va la trama, pues mis roomies por fin consiguieron una antena para su tele. Ya desde el semestre pasado sabía de la exitencia de esta novela, e incluso vi media hora de un capítulo. Resumiré esa experiencia en dos palabras:

Masoquismo Cultural

No, no estoy jugando. La primera vez que ví Teresa, fueron veinte minutos de ver representado el esterotipo de mujer ambiciosa y controladora. 

Sí, adivinaron, estaba leyendo Mary Wollstonecraft en ese momento. No les recomiendo esa combinación.

Más adelante, depués de tomarme un break de mi trabajo sobre Virginia Woolf, terminé viendo la novela en el cuarto de las roomies. Todo iba normal: me burlaba de los personajes, adivinaba lo que iba a pasar y lloraba por dentro cada vez que la dignidad femenina era erosionada por otra lágrima falsa.

Por lo menos ver Teresa me sirvió de algo. Me enseño que mi revolucionaria idea de hacer una novela desde el punto de vista de la mala, ya estaba siendo llevada a cabo. Cuando me di cuenta de esto, me entritecí porque ahora tendría que buscar otro giro novedoso para mis historias, pero luego me alegré de que por lo menos las personas estaban concientes de que esa protagonista no era un buen modelo a seguir (o al menos eso quiero pensar).

Para la última semana, ya estaba esperando ver como castigaban a "la mala", aunque su nombre fuera el título de la novela. Hasta empece a disfrutar un poco de los últimos episodios, pues por fin se estaba haciendo justicia. 

Tonta de mí, olvidé porqué no me gusta ver estas cosas. ¿Recuerdan como lo describí al principio? Me veo forzada a repetirlo, pues Teresa ha destrozado por siempre la poca buena opinión que me quedaba de las novelas, en menos de diez palabras, pronunciadas al final del capítulo con todo y un patético efecto de eco "dramático":

-"Ser o no ser, y yo soy." 

Esa fue la estocada mortal. Después de pasar un mes analizando el profundo significado detrás de los cuestionamientos de Hamlet, me llega una inculta, malagradecida y ambiciosa protagonista de novela con eso

Estuve a punto de llorar de verdad. 

Como les decía:

MASOQUISMO CULTURAL

Quién me manda a ver estas cosas.  He perdido por completo la fe en nuestros guionistas de televisión abierta. Estoy deprimida; empezaré el luto por nuestras buenas novelas; lloraré por nuestra olvidada Época de Oro.

Voy a leer Macbeth. Sé que todos morirán al final -después de todo, es Shakespeare- pero al menos moriran con dignidad, reestableciendo el orden por medio de la tragedia.

Bueno, tal vez no todo esté perdido. Si Teresa muere este domingo, hay esperanzas de que pronto llegue alguna renovada Catalina para poner a todos en su lugar.

¿Quién le teme al lobo?

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